lunes, 25 de octubre de 2010

Influencia y penetración de la televisión en la sociedad

La comunicación es el nexo que provoca reacciones, contradicciones y, especialmente, actitudes cambiantes en la opinión de los receptores. Es lo que denominamos capacidad de penetración e incidencia de esos medios en las personas; personas o agentes que, como integrantes de un grupo, terminan por asumir como válido y hasta único aquello que se les oferta, aceptándolo como propio e incluso como algo entroncado en su cultura.

De los tres medios: prensa, radio y televisión, el tercero, con su doble lenguaje oral y visual, es desde cualquier punto de vista el que más transformaciones ha provocado. Sus mensajes nos hacen presos de ideas, opiniones y actitudes que rompen en la mayoría de los casos con creencias y costumbres heredadas y transmitidas por los mayores. Es tal la influencia que a veces, de forma inconsciente, adoptamos aptitudes y emprendemos acciones encaminadas a transformar nuestra propia naturaleza. En ocasiones entramos en la creencia de que si no somos como los personajes que aparecen en la pequeña pantalla vamos a ser rechazados. Esa insatisfacción y renuncia a nuestra condición y características que confieren nuestra personalidad, es el comienzo de una batalla psíquica que acaba por minar nuestro ser.

Para darse cuenta de que la televisión reduce la capacidad intelectual de las personas no hay más que mirar a nuestro alrededor. Día tras día estamos expuestos a la influencia de una televisión poco centrada en el marco educativo, en la que las reacciones de violencia, sexo y publicidad están más que sobradas y ofrece aquello que más vende sin reparar en los daños que esto pueda causar a cierto tipo de público. Pongamos como ejemplo un programa televisivo de gran popularidad, lo dejamos tres o cuatro semanas en un nivel de audiencia medio-alto y a la quinta semana se puede ver a media ciudad hablando y gesticulando como el protagonista de ese programa.



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