lunes, 25 de octubre de 2010

Distintos sucesos en un solo lugar

Me encontraba saliendo de mi casa rumbo a la esquina del parque Los Bomberos para poder tomar el vehiculo que me llevaría hacia un viaje pero, ya no distraída sino, mas bien, observando cada detalle en particular; me subí a la Custer de la línea 504, más conocida como la C.

Una vez que me subí en la Custer, pude observar a primera vista, que el vehículo de transporte público de esa línea no se encontraba en perfectas condiciones, ya que los asientos eran incómodos, la estructura del carro parecía de lata y que con cada bache daba la impresión que se iba a desarmar.

Ya pasando la avenida Canevaro, casi entrando a Canadá, subió una pareja de enamorados, que más o menos tendría un promedio de 19 a 21 años; lo que me llamó la atención de esta pareja, en particular, era su forma de expresarse, su forma de hablar, ya que todo su repertorio, por decirlos así, era de puras lisuras, tanto el chico como la chica; yo me asombraba de oírlos escuchar, ya que expresarse de esa manera solo me hacia pensar que tenían bajo nivel cultural y que provienen de una zona no muy recomendable.
Mientras seguía escuchando esta conversación en particular, pude observar a una señora de 50 años aproximadamente que, por la expresión de su rostro, me pude dar cuenta que estaba horrorizada por la manera de hablar de la pareja de enamorados, y no es para menos, porque unos jóvenes de esa edad tienen que hablar apropiadamente como estudiantes pero este, no era el caso. En ese momento el cobrador pasaba por cada asiento pidiendo el pasaje, llegó a mi asiento y le di una moneda de un sol y mostrando mi carné universitario; me miraba con cara de cólera pero para mi, ya es costumbre, ya que los cobradores no les gusta que suban universitarios a los micros porque pagamos menos y no les conviene.


A la altura del Óvalo de Higuereta, para ser más exactos, en Plaza Vea de Aviación sube una chica con su papa, los cuales habían salido de esa tienda ya que tenían bolsas de compra. Como en el vehículo estaba ocupado todos los asientos, se quedaron de pie; de pronto, un joven, muy amablemente, le da el asiento a la chica, después de unos minutos el chico le preguntaba si se llamaba Stefany, la chica dijo que si; resulto que eran amigos de la infancia y que no se veían de años, me di cuenta que tenían una conversación tranquila, decente, usaban palabras apropiadas y a comparación de la pareja de enamorados, estos amigos, se notaba que eran estudiantes universitarios con un nivel educacional superior y que provenían de una familia tranquila, con valores y normas. Me quede pensando de que en un micro, combi o bus uno puede apreciar varias conductas, distintas situaciones que a uno lo hace pensar, opinar y darse cuanta que en un lugar pequeño se pude juntar personas muy distintas y sin nada en común.

Llegando a la avenida San Juan, me pare y pedía permiso a las personas para que me dejaran pasar y así decirle al cobrador que en Luz del Sur yo bajaba, paro el carro y una vez que baje pensé: que más sucesos podrían ocurrir en esa Custer.

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