domingo, 19 de septiembre de 2010

La rutina de todos los días

En tiempo de clases se vuelve todo una rutina, por decirlo de alguna manera, pero siempre nos pasa algo fuera de lugar, extraño o simplemente anecdótico.

Empecemos por la hora de levantarse. Suena el despertador y uno simplemente quisiera que solo fuera un sueño, que no llegara el día de mañana (no en todos los casos), o que la madrugada se hiciera lenta para uno dormir más; pero tenemos cosas que hacer y deberes que cumplir para beneficio propio así que salir hacia delante. Nos alistamos para irnos a clases, tomamos un desayuno aceptable porque hay ocasiones que ni a uno le da tiempo por que se hace tarde y caminamos hasta el paradero para tomar el carro, bus, combi o como quieran llamarlo.

Una vez que llega la movilidad, es una aventura dentro de ella, desde el momento que uno lo para, lucha por subir debido a la gran cantidad de personas que hay y el cobrador comienza a decir que se muevan para que sigan subiendo. Está rebalsando de personas, todos aplastados contra los vidrios de la puerta y lo peor de todo son los olores que se mezclan, los hombres que empiezan a rozar a las mujeres con la excusa de que el carro está muy lleno. 

Después uno contento de que por fin llega a la universidad después de que ha sido aplastado y pisado en el carro. Ingresando a la facultad saluda a los vigilantes, a los amigos que por ahí se encuentran o simplemente se va de largo hacia el salón como si nada importara.

Empiezan las clases, unos atentos a lo que dice el profesor, otros aprovechan en contarse las anécdotas que le han pasado desde el día anterior que no ha visto al amigo, o simplemente hay chicos que aprovechan en seguir durmiendo pero si empieza alguna risa enseguida despierta, reacciona y se pone al corriente de la situación. Todo sigue así termina la clase de un profesor y después viene el que sigue hasta la hora de la salida. Pero siempre cabe la posibilidad que algún profe no venga y las tonterías que aveces a alguien se le ocurre.

Cada uno piense en todo lo que le pasa en sus centros de estudio, pero a pensar detenidamente y prestar atención en lo que gira a alrededor y se van a dar cuenta de que pasan cosas graciosas, interesantes o simplemente tradicionales pero aunque sea una vez al año háganlo y les va ayudar a relajarse.

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