viernes, 10 de septiembre de 2010

El Boxer

El Boxer desciende del perro-toro, uno de los tipos del Bullen Beisser, y un aporte de sangre inglesa (Bull Dog), le valió su nombre inglés.

Seguramente el boxer de hoy, con su figura extraordinaria estética, con su conjunción de fuerza, agilidad y potencia en plástico equilibrio, difiera en su aspecto con el aquel perro prehistórico, tanto como el de hombre actual del primitivo.

Características
Este perro es de un tamaño mediano de pelo liso, robusto, de porte noble y altivo, de buena cuadratura, de miembros cortos pero fuertes. Lo podemos comparar con un atleta ligero, fuerte, que reúne mucho vigor y destreza. Es de músculos fuertes, concretos, que se destacan plásticamente sobre la piel. Los movimientos son extremadamente vivos, el andar aplomado, pero elástico; su paso libre es de buén compás.
La cabeza le confiere al boxer su característica distintiva: debe encontrarse en buena relación con el resto del cuerpo, pero ante todo no debe ser liviana. La parte más característica del boxer es su hocico; debemos dar suma importancia a su forma correcta y su perfecta proporción armónica con el cráneo. En la consideración del boxer habrá que tomar en cuenta en primer lugar, si hay proporción entre la masa y la elegancia del animal; además, si las diferentes partes del cuerpo se encuentran en la proporción deseada entre ellas.

Alimentación
A parte de los cinco productos básicos que necesita todo animal, es decir: agua, albúmina, hidratos de carbono (almidón y azúcar), grasas y sales, son también imprescindibles las vitamínas.
El perro es carnivoro por exelencia, por lo tanto su alimentación debe constituirse de 80% de carne y 20% de hortalizas, legumbres y frutas.

Enfermedades
  • Moquillo:
Es una enfermedad infecto-contagiosa no transmitible al hombre. Ataca preferentemente a los animales jóvenes (3 a 16 meses), y es provocada por un virus filtrable. En los ejemplares de más de 16 meses es menos frecuente, pero más virulienta cuanto más adulto sea.
Síntomas: fiebre alta, conjuntivitis, rinitis muco-purulentas, tos, vómitos y diarrea.

  • Hepatitis infecciosa:
Es causada por un virus filtrable distinto al del moquillo, enfermedad con la que se puede confundir, especialmente durante el periodo inicial. Los perros pueden contraerla a cualquier edad, siendo más receptivos cuanto más jóvenes.
Síntomas: Primero empieza con fiebre muy alta y después sigue la hipotérmia (temperatura por debajo de lo normal), apatía, falta de apetito, sed intensa, edema de cabeza y cuello, vómitos y diarrea.

  • Rabia:
Mutaciones de carácter, ansias de morder, furor, alteración de voz o silencio absoluto, boca abierta, lengua colgante, ingestión discriminada de objetos.
En este caso hay que aislar al animal para evitar toda contaminación.



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